Prefiero vivir de dolor intentando sacar una sonrisa, que vivir con una falsa sonrisa intentando reflejar una mentira.

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Convivimos con el humor, la alegría, las sonrisas, las sorpresas agradables, la amistad, las conversaciones placenteras y duraderas con los amigos y no solo apreciamos y recordamos esos momentos cuando se nos vienen a la memoria, sino también, de poder y saber disfrutar como si nunca se volviesen a repetir.
Por otra parte convivimos también con el temor, el desprecio, la duda, el rechazo, la venganza, lo rutinario, la falta de humildad y las mentiras propias y ajenas. La posibilidad de que la mentira desaparezca de nuestro entorno es prácticamente imposible, aprovechándonos todos de esa situación: las televisiones disfrazan a ricos para que hagan pasar por pobres, los publicistas falsean las fotos y quitan las arrugas de la piel o las manchas de la ropa con un simple click, la teletienda nos embauca con productos imposibles y los políticos hacen trápalas insostenibles para conseguir votos.
Vivimos en una sociedad que es adicta a la mentira. Parece que se necesita mentir para ser alguien interesante. Parece que si no mientes no llamas la atención, y claro, si no llamas la atención hoy día en este país no se puede estar tranquilo ¿verdad? así lo entiende don Mariano Rajoy.
Quizás los pocos que leen este blog piensen que soy duro con este hombre, pero señores, la situación ha llegado a tal situación que como bien dijo Lucio Anneo Séneca «prefiero molestar con la verdad que complacer con adulaciones» .
Actualmente todos, absolutamente todos los grupos políticos en España tienen la solución a esta crisis en la que ya llevamos sumidos 7 años. Aunque claro, esta «solución» tiene una verdadera mentira.
Prometen trabajo para dentro de ya, cuando las empresas aun hacen maniobras para no tener que darle unas vacaciones vitalicias a la cola del INEM a muchos trabajadores.
A mi entender para definir esa situación existen dos tipos de mentira: la útil, cuya finalidad es perseguir un bien para nosotros mismos y así poder salvar el pellejo, y la humorística con la que se intenta hacer reír. Para mi los políticos utilizan a la vez ambas porque mientras intentan salvar su programa diciendo que si que hay empleo, se ríen de nosotros no diciendo que ese contrato será a tiempo parcial, cobrando lo que uno de ellos consigue en 2 semanas y con horas desorbitadas. Quizás por eso no solo hacen humor por lo que dicen, si no también por lo que callan. Ya lo decía Robert Louis Stevenson «Las mayores mentiras se dicen siempre en silencio»
Aunque todo hay que decirlo, callan para no causarnos sufrimiento “más vale una mentira que te haga feliz que una verdad que te haga llorar.”, aunque en muchísimas ocasiones se ve las intenciones que tienen “no se como quieres que te cuente la verdad cuando ya sabes explicar mi mentira.”
Pocos políticos quedan que prefieren vivir de dolor intentando sacar una sonrisa, que tener una falsa sonrisa intentando reflejar una mentira.
Sinceramente pienso que la mentira en la política nacional es costumbre, bien porque mentir es moda en esta profesión, o bien porque mentir les hacen mas interesantes.

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